En Puerto Rico, se celebra la Semana Santa desde hace cinco siglos, siendo el lugar elegido en la primera ocasión que tuvo la isla para celebrar, la ermita de Caparra.
Para aquella primera celebración, fue el propio Rey de España el que envío todos los ornamentos y vasos sagrados, celebrándose desde aquellos tiempos al más puro estilo sevillano. La ermita de Caparra luego se trasladó a la isleta que hoy es San Juan, en donde se mantiene la tradición española para celebrar esos días santos.
En las zonas rurales de Puerto Rico, la gente se prepara con varios días de anticipación para Semana Santa, seleccionando la ropa que usará, en especial los colores, que deben ser blancos, lilas, negros o grises, aunque los más pobres se ponen lo que tienen a la mano sin importar del color que sea.
El Domingo de Ramos la gente se desplaza al pueblo, lavándose los pies en alguna acequia que encuentren por el camino antes de llegar a la Iglesia. La gente de campo siempre lleva alguna ramita en la mano para que sacerdote se las bendiga.
El día Viernes Santo, como un gesto de devoción, la gente acostumbra a ayunar y hacer 33 nudos para rezar la misma cantidad de Credos. El Domingo de Resurrección se celebra la Misa de Pascuas, también llamada popularmente la Misa del Encuentro. En cuanto termina la Eucaristía sale el Santísimo Sacramento bajo palio que es acompañado por los hombres mientras las mujeres acompañan a la Virgen Dolorosa, a la cual se le saca su vestimenta negra para quedar en ropajes blancos acompañando a su hijo.
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