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La Danza es la máxima expresión de la cultura puertorriqueña. Es la forma musical del Nuevo Mundo que más se asemeja a la música clásica europea por su riqueza melódica y armónica así como por su forma y caracter.

Las hay románticas y melancólicas: con frases largas, armonías variadas y tres o más partes claramente definidas. Otras son alegres y festivas: de forma breve y caracter retozón.

Algunas juegan entre ambas variantes, pero todas conservan la esencia que caracteriza esa forma musical.

Historia

El origen de la Danza Puertorriqueña no está claramente definido, pero la mayoría de los expertos coinciden en que sus comienzos fueron alrededor de mitad del siglo 19 (cerca del año 1840).

Durante el primer tercio del siglo 19 era muy popular en la isla de Puerto Rico la contradanza española (palabra que algunos alegan es derivada del inglés «country dance»). Era éste una forma de baile muy rígido, un «baile de figuras», en el cual los danzantes tenían que hacer movimientos especificos de acuerdo a las instrucciones de un «bastonero».

El bastonero era una especie de director que decidía cuantas parejas bailarían cada pieza y la posición o turno de cada persona, asignándole inclusive la pareja. El primer bailarín, quien usualmente era uno de los más expertos, realizaba cuantos movimientos y piruetas complicadas deseaba mientras los demás observaban para después imitarlo en su turno.

Se dice que muchos de estos bailes terminaban con grandes discusiones, algunas de las cuales se dilucidaban en el campo del honor, debido a que alguno de los danzantes cambiaba alguno de los movimientos de sus predecesores, los cuales era imperativo seguir fielmente. El bastonero fue perdiendo popularidad y fue suprimido ya en el 1839, dando comienzo así a algunos cambios.

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