En Puerto Rico están los mayores índices de personas asmáticas del mundo, y a pesar de años de investigaciones, todavía no se sabe por qué, si es por razones genéticas o ambientales.
En el 2010, el asma aumentó considerablemente, probablemente por el aumento en las lluvias, que eleva el nivel de esporas en el aire. Pero lo raro es que incluso aquellos puertorriqueños que viven en Estados Unidos, tienen una incidencia 2,5 veces mayor de enfermar que la de los blancos.
Los puertorriqueños de ascendencia europea son los más susceptibles al asma, y para complicar las cosas, la mezcla de razas hace las cosas aun mas difíciles a la hora de crearse un medicamento, ya que según la raza, es la respuesta positiva o negativa al tratamiento, y se ha comprobado que los niños no responden tan bien como otros grupos étnicos más homogéneos ante un tratamiento para el asma.
Una teoría dice que la culpa del asma en Puerto Rico, la tiene la ceniza volcánica del Volcán Montserrat. Otra es el polvo sahariano que cubre la isla en verano o los hongos que florecen en medio del clima tropical.
Hay expertos que apuntan a la pobreza, porque decenas de niños viven en viviendas públicas infestadas de cucarachas y roedores, detonantes comunes del asma.
El asma le cuesta muy caro al país, en términos de productividad, perdida de días escolares y desgaste del sistema de salud público.
Se ha contado que unas 25 personas llegan a las salas de emergencias cada año por el asma y unos 90 mil adultos tienen que dejar de hacer sus actividades, según un estudio realizado por el departamento de salud entre el año 2007 y 2009.
El asma ataca mucho más a los niños en Puerto Rico, siendo el porcentaje más alto el de los niños que viven en viviendas públicas. Nadie se atreve a asegurar que se trate de un factor ambiental o genético, pero por los antecedentes que existen, bien podría ser debido a los factores ambientales en conjunto.
Vía: eluniversal