En Puerto Rico, el Año Nuevo se celebra un día antes del 31 de diciembre, lo que demarca ya una característica única y especial de su territorio.

En vísperas de Año Nuevo, Puerto Rico se convierte en sede de muchas fiestas. La gente se apronta a limpiar incuso hasta las calles que rodean sus casas.

Los hogares, para las fiestas de fin de año, se van renovando, y las luces comienzan a salir a la calle, con los típicos adornos y decoraciones navideñas y de fin de año.

Los puertorriqueños se aseguran que su gente se vea bien para las fiestas, acostumbran a limpiar su casa y la calle, iluminan sus casas y desechan todas aquellas cosas que ya parecen estar muy pasadas de moda. En cierto modo, creo que esta costumbre la repiten gentes de todo el mundo, no sólo los puertorriqueños, pero es bueno saber que ellos también tienen esa tradición de sacar afuera todo lo viejo, para darle lugar a todo lo nuevo.

Entre los colores que predominan en la decoración de las casas puertorriqueñas, están el dorado y plateado, además del verde y rojo. Se pueden ver globos de colores y adornos varios.

Entre los lugares que se vuelven predilectos para pasar los fines de año, están la Playa de Amadores, e incluso muchas otras playas que se extienden a lo largo del Mar Caribe. Hay viajes que se ofrecen para hacer a través de la selva húmeda en vísperas de Año Nuevo.

Antes de fin de año, es una buena manera de relajarse salir a realizar excursiones por lugares agradables. No sólo la fiesta de fin de año debiera ser el gran momento sino también el proceso de esperarlo, y al parecer, eso los puertorriqueños, lo saben hacer muy bien.

Vía/ 123newyear
, Foto/ (Clundh) flickr