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Juan Morel Campos

Nacido en Ponce el 16 de Mayo de 1857 es, sin lugar a dudas, el máximo exponente de la Danza Puertorriqueña. Es el compositor de Danzas más prolífico y quien llevó esta forma a su máxima expresión.

Felices Días, Vano Empeño, Maldito Amor, Laura y Georgina, No me toques, Tormento, Mis Penas, Alma Sublime, y tantas otras son sólo una muestra de su amplio y exitoso repertorio calculado en más de 550 obras, de las cuales más de la mitad fueron danzas.

Comenzó sus estudios musicales a la tierna edad de ocho años bajo el Prof. Antonio Egipciaco. Durante su juventud aprendió a tocar casi todos los instrumentos de metal de la orquesta y por algún tiempo dirigió la Banda de Ponce y fue el organista de la iglesia.

Fue el estudiante más aprovechado de Manuel G. Tavárez, (considerado el Padre de la Danza) cuya influencia puede percibirse en algunas de sus primeras composiciones. Pero Morel era un genio de por sí y continuó creando y componiendo danzas en las cuales incorporó todos los ritmos y estilos de su época así como sus propias innovaciones, desarrollando este género hasta lo que es hoy.

Muchas de las danzas de Morel no fueron escritas originalmente para piano. La primordial función de la Danza en sus orígenes era el baile y Morel tenía su propia orquesta, La Lira Ponceña, para la cual escribía la mayoría de sus composiciones. Posteriormente las transcribía para piano, porque de lo contrario, corrían el riesgo de no popularizarse.

Recordemos que a finales del siglo diecinueve no existían los tocadiscos ni los sofisticados sistemas de sonido con que hoy contamos. El único medio de escuchar la música de moda era asistiendo a los conciertos, las retretas y los bailes; o interpretándola cada cual en su propio hogar en el piano que adornaba la sala en muchos de los hogares de adinerados en la isla.
Morel se inspiró en variados temas para sus composiciones, pero la mayoría de sus danzas fueron dedicadas a la mujer y al amor. Se dice que el compositor pretendió en amores a Doña Mercedes Arias, quien a pesar de corresponderle, no tuvo el valor para luchar contra la oposición de su familia a este romance con el músico ponceño.

La danza «Alma Sublime» tuvo su origen como un homenaje de renunciación a este amor. Se casó posteriormente con Secundina Beltrán quien aseguraba que: «el nacimiento de su primer hijo fue el acontecimiento en la vida de Morel que despertó su inspiración».

El 26 de Abril de 1896, durante un concierto en Ponce mientras dirigía la obra «El reloj de Lucerna», sufrió un ataque cardiaco que culminó en su muerte el 12 de mayo de 1896, apenas 4 días antes de cumplir sus 39 años.

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