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La Hacienda Buena Vista tiene una larga historia, que se inicia con la llegada de un venezolano que adquiere una amplia parcela de tierras fértiles en las colinas al norte de Ponce.

Este personaje construyó una casa de dos pisos, además de viviendas para los esclavos, edificios de explotación y transformación. La hacienda se convirtió en una importante productora de café, maíz y otros productos. El hijo y nieto de este colonizador presentó parte de la maquinaria más innovadora de la isla, que era alimentada por agua aprovechándose la fuerza de una cascada.

Como no todo podía ser un lecho de rosas, una serie de huracanes y la decadencia del mercado del café en esos tiempos, llevó la planta a la decadencia en 1900, hasta que la Hacienda cayó en el desuso y fue completamente abandonada. Hace unos 20 años que el Fideicomiso de Conservación compró esta hacienda y la ha restaurado para que vuelva a brillar, al menos, para ser exhibida, como en sus mejores tiempos.

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Visitar la granja es como viajar al pasado, donde se recorre el trabajo cafetero y la vida rural del siglo XIX en Puerto Rico. El Fideicomiso de Conservación a través de los años ha ido comprando más y más artículos que pertenecieron a los dueños originales de esta hacienda, por lo que hoy se pueden ver hermosos muebles en exhibición también.

Las máquinas son impresionantes, y mucho más cuando se mueven. Los animales deambulan alrededor de la granja como si nada hubiera pasado, y los muebles están dispuestos como a la espera a que llegue la gente a ocuparlos. En el aire se siente el profundo aroma a café recién tostado.

Las visitas a la Hacienda Buena Vista están abiertas a los grupos los días miércoles y jueves, mientras que los viernes y domingos está abierta al público en general. Para llegar, hay que tomar la carretera 52 Ponce, saliendo en la carretera norte 10 hacia Adjuntas. La Hacienda está a unos 7 kilómetros de Ponce.

Fotos: flickr

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