Los tres se mostraron algo sorprendidos con el cruce de líneas, mayormente en Puertorriqueños por Puerto Rico PPR) y el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP).
Entre los que dijeron estar afiliados al PIP, sólo un 38% finalmente votó por Edwin Irizarry Mora, mientras que un 41% de los votos se fugó hacia Acevedo Vilá y un 17% hacia Fortuño.
Para Rodríguez, el que dos de cada tres electores del PPR votaran por candidatos de otro partido responde a que éstos entendieron que no iban a sobresalir, por lo que decidieron irse con candidatos que tuvieran posibilidades reales de triunfo.
«Eso está científicamente probado», afirmó la demógrafa. «La pelea era entre dos fuertes, pero la gente quiere hacer valer su boto, que cuente, y así empobrecen mas al partido chiquito».
Según Emmanuelli, el PPR generó simpatía por su discurso distinto, pero sus electores eran personas en tránsito que, tal vez disgustados por las posturas autonomistas del PPD, consideraron la opción anaranjada, pero al final o regresaron al PPD o escogieron a Fortuño.
Rivera, opinó que todos los partidos perdieron, porque aunque en estas elecciones había más electores hubo menos participación.
«Hay una expresión creciente de rechazo hacia los partidos, pero en el caso del PPD y del PIP es mucho mayor», expresó el profesor.
«En el PNP (el rechazo) es menor, pero si se hubiera mantenido la participación del 2004, debieron haber sacado muchos más votos», añadió Rivera.
Las acusaciones contra AAV
El trío estuvo de acuerdo en que el hecho de que un 54% de los votantes tomó su decisión hace más de un año demuestra que el tema de las acusaciones federales contra Acevedo Vilá no fue un factor en el resultado electoral.
«La campaña tal vez ni era necesaria», expresó Rodríguez al respecto. «No fueron los cargos, fue la manera de gobernar».
De hecho, Emmanuelli expresó que en un momento dado la percepción pública del gobernador Acevedo Vilá era peor antes de que le sometieran los cargos.
Según el analista, tal vez si no lo hubiesen acusado él ni se postulaba, «porque nadie pensaba que pudiese ganar».